miércoles, 5 de agosto de 2009

un... cuento?

Nunca lo vio venir. Estaba completamente relajado tomando un baño, mientras le relataba a un amigo lo sucedido, con completa naturalidad. Como si su actuar fuese solo un producto de su existencia, una consecuencia de esta, y como tal, sin mayor significado. El amigo lo miraba sorprendido, y tampoco visualizo al hombre que entraba en la habitación, quien había estado atento a la historia que se contaba. Él sólo conocía el desenlace, pero no había estado presente en los acontecimientos preliminares, y una curiosidad frívola le hizo esperar. Sin embargo, la voz suelta y despreocupada, acompañada de comentarios irónicos y risas falsas hizo que reaccionara antes de lo que el mismo había previsto.

Avanzo lento por la habitación, pero decidido. La cortina de baño evitaba que el narrador notara su presencia, y el oyente estaba tan atento al relato, que no le presto atención a la figura que avanzaba hacia ellos. Descorrió la cortina y la sorpresa se hizo patente en los ojos de su victima. Su mano actúo instintivamente dirigiéndose al cuelo hundiendo la cabeza en el agua, dándole así un abrupto fin al relato. Sentía su mano apretando cada vez con mas fuerza y ejerciendo presión para suprimir al máximo el movimiento del cuerpo que ahora peleaba por soltarse de su presa.

Su mente comenzó a actuar en cámara lenta y las sensaciones comenzaron a llegar tardíamente, haciéndolas más palpables. Sentía la textura de la piel húmeda y el palpitar agitado pasando por la yugular. Era capaz de contar las gotas que caían sobre su piel producto del violento chapoteo que producía el cuerpo al agitarse frenéticamente. Girando levemente la cabeza podía contemplar a quien momentos antes estaba oyendo la historia, con un rostro pasivo hacia el cuerpo que luchaba por captar cualquier atisbo de aire, como si a través de su mirada tratase de explicarle que lo que estaba sucediendo era producto de sus acciones, y que no había escapatoria.

Finalmente sus ojos volvían a fijarse en el rostro hundido bajo el agua, y trato de fijarlos en la mirada que luchaba por seguir en ese cuerpo. Y se deleito. Nunca pensó que esa sensación pasaría por su mente, por su cuerpo, pero así fue. Sintió un enorme placer y tranquilidad, incluso cuando el cuerpo dejo de agitarse y su mano, cansada de tanto esfuerzo, se abrió dejando un cuerpo inerte en la bañera.

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